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¡Las ideas ocupan espacio!

El dilema del creador: Cuando tu mente está saturada de historias por contar

Quizá llegas aquí pensando que en tu cerebro puede caber cualquier cosa. El mismo rebosa de ideas, grandes y pequeñas, para las próximas historietas que realizarás, quizá por el resto de tu vida. Ideas grandes y pequeñas. Personajes inolvidables, diálogos imperdibles, giros inesperados que supones que atraparán al lector. Ideas para muchas historias, en diferentes géneros: western, superhéroes, policial. A veces, te quedas pensando en estas historias hasta que resuelves algún problema que tenías con el final, o quizá con el planteo realizado al principio.

Lo cierto es que tus historias viven en tu cabeza. Y estás seguro de que, más adelante, cuando sea el momento de aplicar lápiz al papel, tendrás todo lo necesario para realizar tu historieta… Excepto que, una vez que ese momento llega, descubres que necesitas de algunas ideas nuevas: una frase que dice algún personaje, una situación en la que no habías reparado lo suficiente al momento de imaginar la historia; quizá alguna narración o comentario al lector… y no se te ocurre nada. O, si me permites ser más exacto, yo lo diría así: no se te ocurre nada más. ¿Qué está ocurriendo?

El arte sutil de hacer espacio para lo nuevo: Liberando tu mente creativa

Lo que está pasando, claro, ¡es que ya tienes la cabeza llena! Es muy difícil que puedas ejercer la creatividad, pensando en algo nuevo, si estás utilizando tu cabeza para guardar todas las ideas que se te han ido ocurriendo. Al fin y al cabo, ¿cuál crees tú que sería el mejor uso que podrías darle a tu cabeza? ¿Utilizarla para guardar información, o utilizarla para pensar?

Esta saturación mental es un fenómeno común entre artistas visuales y narradores. Imagina tu cerebro como un lienzo: si ya está completamente cubierto de bocetos e ideas a medio terminar, ¿dónde dibujarás lo nuevo? La mente creativa necesita espacio en blanco para que surjan las chispas de originalidad.

Los grandes ilustradores y creadores de cómics han enfrentado este mismo desafío. Jack Kirby, el legendario dibujante conocido como «El Rey», mantenía una disciplina férrea de documentación. Sus miles de bocetos preliminares y notas no solo servían como registro, sino como un sistema externo que liberaba su mente para seguir creando sin cesar. Esta práctica le permitió desarrollar un universo visual revolucionario y descubre aquí cómo puedes desarrollar tu propio sistema creativo infalible inspirado en los maestros del medio.

Nunca creas que tu memoria es realmente perfecta: Las trampas de confiar solo en tu mente

Y es aquí donde podemos entrar en la cuestión, también pertinente, de las desventajas que pueda tener la mente como sistema de acopio de datos… Hasta ahora, hemos venido hablando de ti como si tuvieras una maravillosa memoria fotográfica. Pero lo cierto es que, si dejas pasar mucho tiempo, puede ser que olvides algunos detalles de una idea, luego alguna parte importante, quizá en el medio tengas que tomarte el trabajo de volver a pensar (o mejor dicho, recrear) alguna porción de la idea que hubieras olvidado (y a veces ni siquiera nos damos cuenta de que ocurre esto).

Y finalmente terminas por olvidarte directamente de que alguna vez habías tenido una idea. No, no puedes dejar que esto ocurra. Si no haces espacio para ideas nuevas, no las tendrás, y desperdiciarás tu creatividad en conservar y recrear las ideas viejas. ¡Lo que necesitas es un lugar donde guardar tus ideas!

Piensa en los grandes maestros del cómic. Will Eisner, creador de «The Spirit» y pionero de la novela gráfica, mantenía cuadernos detallados donde registraba desde expresiones faciales hasta composiciones de página completas. Su proceso metódico le permitió desarrollar un lenguaje visual propio que revolucionó la narración secuencial. Estos sistemas externos de almacenamiento no eran solo herramientas prácticas, sino extensiones de su proceso creativo.

La memoria humana es falible por naturaleza. Estudios científicos demuestran que recordamos menos del 40% de nuestras ideas creativas si no las documentamos en las primeras 24 horas. Más alarmante aún, tendemos a «reescribir» inconscientemente nuestros recuerdos, alterando detalles cruciales sin siquiera percatarnos. Para un ilustrador o narrador visual, estos pequeños cambios pueden significar la diferencia entre una obra maestra y una idea mediocre.

Fuera de tu cabeza, pero al alcance de la punta de tus dedos: Sistemas efectivos de captura de ideas

Las herramientas pueden ser muchas, pero los métodos son bastante similares. Hay quienes prefieren utilizar cuadernos y libretas, y otros que se vuelcan por herramientas digitales. Especialmente con la llegada de los smartphones y la Nube: aplicaciones de notas, aplicaciones de documentos, incluso planillas de cálculo o bases de datos.

Ya te llegará el momento de hacerte lugar en algunos de estos grupos (o incluso combinar sus técnicas de forma híbrida). Sólo será cuestión de que vayas probando y haciendo tus propias impresiones, como tantas cosas en la vida (e incluso, ya que estamos hablando de incorporar la práctica de tomar notas, podrías anotar cuáles herramientas te van resultando mejores que otras, incluso asignarles puntajes). Elijas lo que elijas, todo toma otro color una vez que hablamos de llevar adelante algún tipo de método.

El legendario dibujante de manga Osamu Tezuka, conocido como «el dios del manga», mantenía un sistema de archivo meticuloso con más de 40 cuadernos temáticos donde catalogaba referencias visuales, ideas para personajes y bocetos de escenas. Este sistema le permitió crear más de 150,000 páginas de manga a lo largo de su vida, desarrollando obras maestras como «Astro Boy» y «Black Jack».

En el mundo actual, las opciones digitales han revolucionado la forma en que capturamos ideas. Apps como Notion, Evernote o incluso sistemas personalizados en aplicaciones como Trello permiten organizar visualmente conceptos, referencias y bocetos. La clave no está en la herramienta específica, sino en desarrollar un sistema que sea una extensión natural de tu proceso creativo.

Una tendencia interesante entre los ilustradores contemporáneos es el uso de tableros digitales que emulan la experiencia física. Softwares como Miro o Milanote permiten crear mapas visuales donde las ideas pueden conectarse de manera no lineal, replicando el proceso natural del cerebro creativo. ¿Quieres potenciar tu creatividad para el dibujo? Encuentra inspiración aquí para desarrollar tu propio sistema de captura de ideas adaptado a tu flujo de trabajo.

Tres funciones esenciales para un sistema creativo infalible

Hay dos funciones principales que tu sistema debe ser capaz de realizar. La primera de ellas es poder «capturar», de manera sencilla y sin tener que pensarlo mucho, cualquier idea que te aparezca, en el momento que se te ocurra. Es decir, debes tener un sistema a prueba de viajes en transporte público, de la cola del supermercado, incluso de la ducha (conozco un guionista que deja su celular siempre a mano, envuelto en una bolsa de plástico, mientras se ducha, porque dice que es en ese momento donde se le ocurren las mejores ideas).

La segunda función, complementaria de la primera, es que tengas un lugar donde colocar las ideas que se te fueron ocurriendo a lo largo del día y de la semana, y que te armes del tiempo y de la disposición para realizar esta tarea. (Seguramente te estés dando cuenta de que la segunda función es más trabajosa que la primera. Tengo entonces una buena noticia para darte: la primera función es la que es verdaderamente esencial. Al fin y al cabo, es la que nos permite desbloquear las habilidades pertinentes al tema que hoy nos ocupa: mantener tu cabeza liviana, lista para crear ideas nuevas).

La tercera función… Bueno, había dicho que eran dos, ¿verdad? Con ellas estarás más que bien. Pero en verdad, si lo que quieres es hacer pasar a tu sistema por una prueba de fuego (y te aconsejo que lo hagas), observa lo que ocurre si buscas agregar esta tercera función: la posibilidad de traer tus ideas desde tus notas de vuelta a tu mente, cada vez que lo necesites.

Esta es muy difícil de lograr: incluso entre los guionistas más organizados, puede pasar que lleve un día reencontrarse con alguna idea antigua, si por ejemplo quieres pensar en la misma cuando estás a la mañana tomándote el tren a tu lugar de trabajo, y debes esperar a la noche cuando estés de nuevo en tu casa y revises tu computadora de escritorio. Pero, se tarde mucho o se tarde poco, esta tercera función es la que realmente le entregará a tu mente la tranquilidad de dejar de guardar algunas cosas, sabiendo que están guardadas en otro lugar y que pueden volver a ti. Pruébalo y comprobarás que yo tenía razón: hay una felicidad muy particular en necesitar de una idea, ir a buscarla y encontrar que estaba allí, esperando por ti.

El poder de la captura inmediata: sistemas para no perder ni una chispa creativa

Profundicemos en la primera función: la captura inmediata. Este proceso debe ser tan natural como respirar, requiriendo el mínimo esfuerzo posible. Cuando estás en el flujo creativo, la fricción es tu enemiga. Cada segundo que tardas en documentar una idea aumenta la probabilidad de perderla para siempre.

El ilustrador y narrador gráfico Craig Thompson, autor de obras aclamadas como «Blankets», lleva siempre consigo pequeños cuadernos de bolsillo donde captura impresiones fugaces, diálogos escuchados al azar y bocetos rápidos que luego informan sus obras más elaboradas. Este hábito le ha permitido mantener la autenticidad en sus narrativas visuales, preservando detalles que de otro modo se habrían perdido en el olvido.

Algunas estrategias efectivas para la captura inmediata incluyen:

  • Notas de voz: Cuando estás en movimiento o realizando otra actividad, las grabaciones rápidas pueden salvar ideas brillantes. Aplicaciones como Voice Memos o incluso asistentes como Siri pueden transcribir automáticamente tus pensamientos.
  • Fotografías conceptuales: A veces, una imagen vale más que mil palabras. Capturar una textura interesante, un juego de luces o incluso un gesto humano puede ser el germen de una idea visual completa.
  • Sketchbooks de bolsillo: Los pequeños cuadernos que caben en cualquier parte son una herramienta indispensable. Elige uno que pueda soportar el uso rudo y cuyas páginas permitan tanto dibujo como escritura.
  • Apps minimalistas: Para captura digital, las aplicaciones con menos pasos hasta la entrada de datos son las mejores. Busca aquellas que se abran rápidamente y requieran pocos toques para comenzar a registrar.

Lo crucial es eliminar cualquier barrera entre tu idea y su registro. Haz clic aquí para explorar métodos prácticos de captura creativa que puedes implementar inmediatamente en tu proceso artístico.

Organizando el caos creativo: sistemas de procesamiento efectivos

La segunda función —organizar lo capturado— es donde muchos sistemas creativos fracasan. No basta con acumular ideas; necesitas un método para procesarlas de manera que sean accesibles y útiles cuando las necesites.

El ilustrador y diseñador de personajes Bobby Chiu, conocido por su trabajo en «Alicia en el País de las Maravillas» de Tim Burton, utiliza un sistema de categorización por proyectos y también por elementos visuales específicos (expresiones faciales, anatomía, conceptos de escenarios). Este enfoque modular le permite reutilizar ideas parciales en múltiples proyectos, maximizando su biblioteca creativa.

Algunas estrategias efectivas para organizar tu material incluyen:

  • Categorización temática: Agrupa ideas según géneros, estilos artísticos o elementos narrativos (personajes, escenarios, conceptos).
  • Etiquetado múltiple: Una misma idea puede pertenecer a varias categorías. Los sistemas digitales permiten asignar múltiples etiquetas sin duplicar contenido.
  • Revisión periódica: Establece tiempos dedicados exclusivamente a revisar, refinar y reconectar ideas capturadas. Muchos artistas dedican los viernes o domingos a esta tarea.
  • Combinación activa: Durante la revisión, busca deliberadamente conexiones no obvias entre ideas aparentemente no relacionadas. Este ejercicio fomenta la originalidad.

Neil Gaiman, maestro narrador y guionista de cómics emblemáticos como «Sandman», mantiene un sistema híbrido de cuadernos físicos y archivos digitales. Sin embargo, lo distintivo de su método es el tiempo sagrado que dedica a revisar y «componer» con sus ideas previas, similar a un músico que arregla notas para crear una sinfonía.

El poder de la accesibilidad: tus ideas disponibles cuando las necesites

La tercera función —la recuperación inmediata— transforma un simple almacén de ideas en un auténtico aliado creativo. Esta capacidad es lo que distingue a un sistema verdaderamente efectivo.

Frank Miller, revolucionario del cómic con obras como «Sin City» y «300», desarrolló un sistema visual de referencia rápida usando códigos de color y marcadores visuales distintivos que le permitían localizar conceptos específicos en sus numerosos cuadernos de bocetos. Esta técnica le permitía mantener coherencia visual y narrativa a lo largo de proyectos extensos.

Para potenciar la recuperación de ideas:

  • Sincronización multiplataforma: Asegúrate de que tus ideas sean accesibles desde cualquier dispositivo que uses regularmente, eliminando la frustración de «tengo la idea pero no aquí».
  • Sistemas de búsqueda robustos: Si usas herramientas digitales, familiarízate con las funciones de búsqueda avanzada. En sistemas analógicos, desarrolla un índice o sistema de referencias cruzadas.
  • Resúmenes visuales: Crear mapas conceptuales o tableros visuales que muestren relaciones entre ideas facilita enormemente encontrar conexiones relevantes sin tener que revisar todo tu archivo.
  • Rotación de exposición: Algunos artistas mantienen un sistema de rotación donde ideas antiguas son revisitadas periódicamente, colocándolas en un espacio visible de su estudio o área de trabajo.

La ilustradora y narradora Jillian Tamaki, reconocida por obras como «This One Summer», mantiene un sistema digital categorizado por proyectos pero con una peculiaridad: periódicamente imprime colecciones de sus ideas digitales para crear libretos físicos temáticos que consulta durante sus sesiones creativas. Este enfoque híbrido combina la accesibilidad digital con la inspiración táctil de lo físico.

Ingresa aquí para descubrir herramientas que revolucionarán tu proceso creativo y te ayudarán a desarrollar un sistema personalizado que responda a tus necesidades específicas como artista visual.

Casos de estudio: sistemas creativos de maestros del cómic

Para ilustrar la diversidad de enfoques efectivos, examinemos algunos sistemas notables utilizados por figuras legendarias del mundo del cómic e ilustración:

Hayao Miyazaki: El poder del archivo físico

El maestro de la animación japonesa y creador de manga mantiene extensos archivos de recortes, organizados temáticamente, que ha acumulado durante décadas. Su estudio, repleto de estanterías con cajas etiquetadas, contiene miles de referencias visuales categorizadas: «nubes», «maquinaria antigua», «árboles peculiares», «expresiones infantiles».

Lo fascinante del sistema de Miyazaki es que no separa la organización de la inspiración. Su proceso de archivo es también un proceso creativo donde realiza bocetos inspirados en sus referencias, generando un ciclo continuo de entrada y salida creativa.

Brian Michael Bendis: La matriz narrativa digital

El prolífico guionista de Marvel y DC utiliza un sistema de matrices en hojas de cálculo donde mapea elementos narrativos en diversos ejes: características de personajes, puntos de inflexión emocionales, elementos visuales destacados. Este enfoque le permite identificar patrones, evitar repeticiones y generar combinaciones inesperadas.

Bendis comparte que su sistema le permite «descomponer» historias existentes en sus elementos constitutivos para luego «recomponer» estos elementos en nuevas configuraciones, manteniendo la originalidad mientras aprovecha ideas previamente capturadas.

Juanjo Guarnido: La biblioteca de movimiento

El ilustrador español, conocido por la serie «Blacksad», mantiene un archivo meticulosamente organizado de fotografías y videos de referencia de movimiento animal. Su sistema incluye carpetas para cada especie, subdivididas por tipos de movimiento, expresiones y posturas.

Este enfoque especializado le permite antropomorfizar animales con precisión anatómica sin perder expresividad humana, creando personajes con una credibilidad física extraordinaria. Su método demuestra el valor de un sistema altamente especializado que responde a las necesidades específicas de su estilo artístico.

Personaliza tu sistema: encuentra lo que funciona para ti

Aunque estos ejemplos son inspiradores, lo más importante es desarrollar un sistema que se adapte a tu propio proceso creativo y flujo de trabajo. La clave está en experimentar conscientemente, observando qué aspectos de diferentes métodos resuenan con tu forma natural de trabajar.

Algunos factores a considerar al personalizar tu sistema:

  • Preferencia sensorial: ¿Piensas principalmente en imágenes, palabras o sensaciones? Tu sistema debería priorizar el formato que mejor capture tu forma natural de procesar ideas.
  • Ritmo creativo: ¿Trabajas en ráfagas intensas o prefieres sesiones prolongadas? Ajusta la complejidad de tu método de captura según tu energía típica.
  • Contexto de trabajo: ¿Dónde te surgen más ideas? Tu sistema debe ser especialmente accesible en esos entornos específicos.
  • Espectro digital-analógico: No hay necesidad de ser purista. Muchos de los sistemas más efectivos combinan elementos digitales y físicos según la tarea específica.

Recuerda que un sistema perfecto es aquel que casi no notas que estás usando. Cuando la captura, organización y recuperación de ideas se vuelve tan natural como respirar, sabrás que has encontrado el equilibrio adecuado. Explora aquí más recursos para perfeccionar tus habilidades de ilustración y narrativa visual mientras desarrollas tu propio sistema creativo.

Integrando la práctica en tu rutina creativa diaria

Implementar un nuevo sistema no ocurre de la noche a la mañana. Como cualquier habilidad creativa, requiere práctica deliberada y ajustes continuos. Aquí hay algunas estrategias para integrar estas prácticas en tu rutina:

  • Comienza pequeño: Elige una sola herramienta o método y úsalo consistentemente durante al menos dos semanas antes de añadir complejidad.
  • Establece rituales: Asocia momentos específicos del día con la captura o revisión de ideas. Muchos artistas usan los primeros 15 minutos de su sesión de trabajo para revisar ideas previas.
  • Crea puntos de activación: Coloca recordatorios visuales de tu sistema en lugares estratégicos (junto a tu mesa de dibujo, en tu teléfono, etc.) para establecer el hábito.
  • Evalúa resultados tangibles: Observa objetivamente si estás produciendo más, mejor o más eficientemente gracias a tu sistema.

La dibujante e ilustradora Sarah Andersen, creadora de «Sarah’s Scribbles», comenzó capturando ideas en notas adhesivas que colocaba en una pared visible. A medida que su sistema evolucionó, desarrolló un método de rotación donde las ideas se mueven físicamente a través de diferentes secciones de su espacio de trabajo según su estado de desarrollo.

Este enfoque visual y espacial le permite ver literalmente el progreso de sus conceptos desde la captura inicial hasta la implementación final, proporcionando tanto organización como motivación al visualizar su productividad.

El efecto compuesto: la magia de conectar ideas previas

Me despido con una última reflexión: quizá no te lo esperes, pero una de las acciones que realizarás más seguido una vez que empieces a implementar esto, es sumar ideas nuevas a ideas viejas. De pronto se te ocurrirá algo nuevo para agregar al argumento de tu próxima historia, irás a buscar el documento donde tienes registrado lo que has realizado hasta el momento con ella, y lo añadirás allí. Sólo así es como podrás tener ideas más grandes de las que cabrían enteras en tu mente.

Y como beneficio extra, si alguna vez te llega a pasar que te sientes «bloqueado» y no se te ocurre ninguna idea nueva, ¡sólo vuelve a tus archivos y revisa las ideas viejas! Seguro se te ocurre algo revisando lo que ya realizaste, quizá combinando dos o tres de forma nueva. ¡Pruébalo y verás!

Esta capacidad de conexión retroactiva es quizá el beneficio más profundo de un sistema externo de ideas. Con el tiempo, tu biblioteca creativa se convierte en un colaborador silencioso, un segundo cerebro que trabaja contigo ofreciendo combinaciones que no habías considerado inicialmente.

La ilustradora Rebecca Sugar, creadora de «Steven Universe», utiliza lo que ella llama «sesiones de polinización cruzada», donde deliberadamente combina elementos de proyectos no relacionados para generar nuevas direcciones creativas. Esta práctica, facilitada por su meticuloso sistema de documentación, le ha permitido desarrollar un universo narrativo profundamente interconectado con temas y motivos visuales coherentes.

¿Listo para llevar tu creatividad al siguiente nivel? Da el salto aquí y descubre cómo implementar estas estrategias para transformar tu proceso creativo mientras desarrollas tus habilidades como ilustrador y narrador visual.

Hacia un horizonte más amplio: la mente liberada para crear

Cuando liberas tu mente de la carga de almacenar cada detalle, ocurre algo mágico: tu capacidad creativa se expande. Es como si hubieras estado dibujando en un lienzo del tamaño de una postal y de repente tuvieras acceso a un mural completo.

Los grandes maestros del cómic y la ilustración no son necesariamente quienes tienen más ideas, sino quienes han desarrollado sistemas efectivos para capturarlas, refinarlas y conectarlas. Su grandeza radica en su capacidad de construir sobre cimientos sólidos, permitiendo que cada nueva idea se beneficie de todas las anteriores.

Mientras avanzas en tu propio viaje creativo, recuerda que el objetivo final de cualquier sistema es servir a tu arte, no convertirse en una distracción. El sistema perfecto es aquel que desaparece en el fondo, permitiéndote concentrarte enteramente en la magia de crear mundos, personajes e historias que resuenen con tu audiencia.

Comienza hoy mismo. Captura esa idea que ha estado flotando en tu mente. Encuentra un lugar para guardarla fuera de tu cabeza. Y luego, con ese espacio recién liberado, observa cómo nuevas ideas comienzan a florecer en terreno fértil. Tu próxima gran creación podría estar esperando precisamente ese espacio para manifestarse.

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